metafisica
Se llama meta-física, porque va más allá de lo físico o
sensible en cuanto tal, hacia el interior del orden puramente inteligible de la
realidad ("meta", significa más allá). "Ciencia" es
conocimiento por causas y, por lo tanto, cierto, universal innecesario. Es un
conocimiento en el cual conocemos el porque, porque hemos conocido la causa, no
una causa accidental o fortuita, sino una causa necesaria.
Desarrollo
Metafísica: La Ciencia Del Ente En Cuanto Ente: Si la
metafísica es ciencia del ente, lo que hemos de estudiar en la metafísica, es
la causa del ente. Para ser más precisa la definición de la metafísica, podemos
decir que es la ciencia de los principios de la causa del ente en cuanto ente.
Pero, si los principios y la causa del ente en cuanto ente han de ser, por
ello, los más universales, podemos decir que, en metafísica, estudiamos los más
actos, últimos y universales principios o causas de todas las cosas. Es por
esto que la metafísica es llamada "filosofía primera": el conjunto de
la realidad cae bajo su mira. La metafísica estudia tanto la totalidad como la
unidad de todas las cosas. ¿Por qué la totalidad?, porque "el hecho de
ser" afecta absolutamente a todas las cosas. ¿Por qué la única cosa que se
encuentra fuera del ser? "el no-ser!: nada está fuera del alcance de la
metafísica. ¿Y por qué la unidad?. Porque todas las cosas tienen en común, lo
que hace de todas ellas una, es el ser. Las cosas diferentes en muchos
aspectos, una cosa son exactamente la misma: en que son, existen. Puesto que el
Ser es lo que todas las cosas son, y la hace a todas ella una, estudiamos la
unidad de todos los seres. Esta es la visión metafísica: por ello es el más
alto saber natural. Esto lo convierte en el más difícil de los conocimientos
naturales, no por ser complicados, sino por ser el más comprensivo y el más
profundo.
Objeto De La Metafísica
Conviene hacer aquí una distinción, que nos será de
utilidad, entre el objeto formal y el objeto material de la metafísica. El
segundo es un sujeto-materia (todas las cosas), y el primero es el aspecto de
este objeto material, considerado por la metafísica; a saber, el aspecto del
ser; tal es el punto de vista metafísico, como distinto del de cualquier otra
ciencia. La metafísica es la ciencia que estudia la totalidad de las cosas bajo
el aspecto y desde el punto de vista del ser: ¿Qué es esto?, ¿De qué está
hecho?, ¿Para qué es?, ¿Qué es lo que lo ha hecho llegar a hacer?. Es útil
tener presente cuando los niños alcanzan el uso de razón, siempre muestran una
inclinación metafísica, porque formulan preguntas sobre el Ser de las cosas:
¿Qué es esto, para qué es?...La primera tendencia del Ser Humano es la de
buscar el Ser de las cosas, porque el objeto natural de la inteligencia es el
Ser. Esta es la razón por la cual la metafísica es la ciencia natural del
hombre, la ciencia humana, la más congénita a la inteligencia. También es ésta
la razón por la cual, si la metafísica es rechazada, olvidada o despreciada,
algo necesariamente debe fallar en alguna parte: en la moral, en las
costumbres, en el acercamiento a la vida...El Catecismo de la doctrina está
repleto de metafísica desde el principio hasta el fin. Nuestra religión
cristiana nos da la explicación última de cualquier cosa que concierna al
propósito de la vida humana, a Dios y a la moralidad. Todo ello se halla exhaustivamente
explicado por ella, ya que es eminentemente metafísica. La simplicidad y
profundidad de la fe cristiana (sobrenatural) es acompañada por la simplicidad
y profundidad de la metafísica (natural).
El Ente Es Analógico
El término "ente" es aplicado a todas las
realidades, pero en el mismo sentido y en parte en un sentido diferente. Este
niño es un ente, esta mesa es un ente, Dios es un ente. ¿Quiere esto decir que
el niño, la mesa y Dios son exactamente lo mismo? Evidentemente no: son muy diferentes
el uno del otro; pero es cierto que cada uno de ellos es un ente. Esto es muy
revelador. El "ser" conviene a numerosas realidades parcialmente en
un mismo sentido, porque todas ellas son entes y, parcialmente, en un sentido
diferente, porque el ser de la mesa es completamente distinto del ser del niño,
el ser de una buena acción es completamente diferente del ser de una mala
acción. Esta característica del ente es llamada la analogía del ente. Cuando
una palabra es aplicada a muchas cosas siempre con el mismo sentido, se llama
unívoca. Por ejemplo, cuando decimos que Pedro es un hombre y Juan es un
hombre, estamos usando la palabra "hombre" exactamente en el mismo
sentido: la "humanidad" de Pedro es la misma que la "humanidad"
de Juan; difieren éstos en sus características individuales, pero en lo que
concierne a su humanidad son idénticos. Si un término, por otra parte, tiene a
veces un significado y otras veces uno completamente distinto, se denomina
equívoco:: así, por ejemplo, "tabla" puede significar una pieza de
madera o la tabla de materias de un libro. Ahora bien, existen palabras que no
son ni unívocas ni equívocas, porque, cuando son aplicadas, lo son parcialmente
en el mismo sentido, y parcialmente, en sentido diferente. No pueden ser llamadas
equívocas, pues su significado es similar. Pero tampoco pueden llamarse
unívocas, ya que su sentido cambia en cierto modo. Por ejemplo, el término
"alegre" puede convenir a una sonrisa, aun pensamiento, a un paisaje,
a un color, pero, en parte, en el mismo sentido y, en parte, en sentidos
distintos. Este tipo de términos es llamado "analógico", a partir del
término griego que significa "proporción": los sujetos a los cuales
conviene son iguales entre sí, pero sólo de forma proporcionada: La
"alegría" del paisaje es al paisaje lo que la
"alegría"" de la sonrisa es a la sonrisa; pero no son idénticas.
Y el "ente" es el más analógico de todos los términos. En particular,
predicamos el ser de dos tipos de ente, dos tipos de realidades en los cuales
podemos clasificar a los entes ¿Cuáles son, entonces, las clasificaciones
últimas o categorías de los entes? Como ya hemos observado, lo primero que
advertimos cuando contemplamos la realidad es el cambio; y después que no hay
cambio sin algo que cambie. El cambio no puede existir solo y por sí mismo: es
algo que no cambia, inherente y perteneciente a la cosa. Denominamos a lo que
cambia el accidente y a lo que permanece a través del cambio sustancia. Los
accidentes no existen en sí mismos: aquello que soporta los accidentes es la
sustancia. Es ésta, así, la clasificación última del ente: podemos decir que el
ente es o sustancia o accidente. Y cuando predicamos el "ser" de
ambos, ¿lo hacemos acaso en idéntico sentido en los dos casos? No, porque el
ser de sustancia es un ser en sí y por sí, mientras que el ser del accidentes
es un ser de la sustancia o en la sustancia. Es en parte el mismo y en parte
distinto, pues la sustancia es "en sí" y el accidente es "en la
sustancia". Ambos existen, pero de modo diferente. Es aquí donde mejor se
percibe la analogía del ente.
Importancia de la metafísica para la teología
Como hemos visto, la metafísica es indispensable n
o sólo para la teología natural, sino también para la teología sobrenatural, porque sólo una filosofía de la realidad, del ser, es capaz de admitir científicamente la verdad de la fe tal como es, es decir, como una realidad sobrenatural. En otras palabras, la fe es una realidad sobrenatural: por tanto, solamente una filosofía que se ocupa de la realidad puede aceptar científicamente la fe y hacerse teología. Es en realidad de ser, del acto de ser, del ser de las cosas, donde, en cierto modo, hallamos un suelo común, un punto de encuentro en todas las cosas como una participación. Dios es la plenitud de ser; las cosas toman parte del ser. La filosofía recibe la fe e, iluminada por la fe, se desarrolla convirtiéndose en teología, la cual es la más profunda comprensión de la revelación. ¿Qué es la fe? , dos cosas: lo que Dios revela, y nuestro acto de creer en ello. Y, ¿Qué es la teología?, la mejor comprensión por nuestra parte de lo que Dios nos ha revelado. ¿Cómo podemos comprender mejor las cosas que Dios nos ha revelado? Entre otros medios, con la ayuda de la metafísica. ¿Por qué? Porque la metafísica se dirige de forma ultimísima a lo divino como tal: es la base común de los hombres con lo divino. Esta es la razón común de los hombres con lo divino. Esta es la razón común de los hombres con lo divino. Esta es la razón por la cual, como dijimos, el catecismo de la doctrina cristiana está repleto de metafísica: la mayor parte de las cuestiones tratadas por éste poseen implicaciones metafísicas. El proceso de la teología arranca de la fe, pero la filosofía es el instrumento de la teología, y, muy particularmente lo es la metafísica del ser, que no es una metafísica del "pensamiento " o de la "idea". La metafísica del ser abastece a la teología de las nociones básicas necesarias para comprender el contenido de la revelación en la medida en que esto es posible para la mente humana: nociones como sustancia, accidente, causalidad, subsistencia, naturaleza, persona, etc.
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